sábado, 27 de diciembre de 2025

Un gran museo en Hijar

 

La harinera de Híjar revive con cinco museos en uno cargados de 40 años de coleccionismo

FOTOGALERÍA. La familia Orcal Molías ha recuperado el viejo edificio cerrado desde 1975 y lo ha convertido en un centro visitable todo el año

     

Ricardo Orcal y Pili Molías han recuperado la harinera hijarana cerrada en 1975 y la han hecho visitable junto a su colección particular de miles de piezas variadas. / B. Severino
      

La harinera de Híjar lleva en pie más de cien años junto a la N-232 frente al cruce a La Puebla. Estuvo en activo hasta que en 1975 cerró y no volvió a abrirse hasta enero y lo hizo como centro de interpretación y museo del coleccionismo. Ricardo Orcal ha sido el encargado de devolverla a la vida porque buscaba un edificio en el que guardar todas sus piezas. Son muchas, grandes y muy variadas. Hay desde alfarería hasta aperos de labranza, una amplia gama de juguetes, artículos de ocio y unos cuantos inclasificables.

A su colección añadió una harinera entera, porque la sorpresa se la llevó cuando se encontró con la maquinaria intacta. Tuvo que construir un edificio anexo para guardar sus cosas y a la vez, devolver el esplendor a la harinera en la que tantos hijaranos y vecinos de otros pueblos trabajaron. En un armario encontraron albarcas y boinas de trabajo, libros de contabilidad e incluso muestras de harina en tarros preparados para enviar a analizar y pasar los controles de calidad. «Lo respetamos al máximo, limpiamos todo porque había entrado agua y estaba inundado y cegado de barro», explican Ricardo Orcal y su mujer Pili Molías, que consiguieron incluso los planos originales del montaje que están archivados en Madrid.

«Si sería importante esta harinera para que se guardasen», reflexionan. Fue algo más, ya que desde allí se suministraba el alumbrado al pueblo. Solo faltaban los molinos que Ricardo adquirió a otras harineras en las que se habían quedado pequeños. Son de Bühler, el mismo modelo y marca que operaban en Híjar.

Dentro todo funciona. De hecho, basta con que Ricardo accione un botón para que la maquinaria se ponga en marcha.

Es una de las pocas harineras construidas en madera por completo que se conservan. Añadió cuatro salas y la primera de la colección particular está dedicada a los alfares precedida por un pequeño homenaje a los productos que se elaboran con harina. Guarda decenas y decenas de piezas y todas diferentes cuyo origen es un primer mortero, aunque el germen de su mastodóntica colección es una sulfatadora que compró en una feria en el Auditorio de Zaragoza. «Empecé porque a mi padre le robaron la maquinaria del campo y le dije que se la compraría», dice. Así fue y luego llegó un carro, un apero y así hasta llenar el edificio con más de 40 años de coleccionismo. «Todo es comprado salvo una cesión», señalan. Se trata de la última imprenta que funcionó en Híjar y que su dueño quiso ceder.

La visita completa requiere de entrada y dura tres horas. Hay que concertar por teléfono para formar grupo o en la web museodelcoleccionismo.es. «Hay gente que ha venido tres veces, es que si no, no lo asimilas», sonríen. Han hecho su primera visita escolar y quieren seguir con más. También quieren que sea un espacio vivo y por eso admiten compra, venta y trueque. Hace unas semanas hicieron hueco a una bicicleta de rueda alta. «Ya hay pocas cosas que me llamen la atención, pero siempre hay algo», sonríe Orcal.

PERIODICO : La Comarca 

1 comentario:

  1. Ánimo personalmente a que vayáis a verla, un grupo de la escuela de adultos bajamos a verla, y no la vimos en tres horas sino en cuatro y aún así nos pareció corto, es algo impresionante lo que tiene esta pareja, bajas a verla os gustará. Ricardo y Pili habéis hecho un trabajo impresionante un saludo

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