sábado, 20 de julio de 2013

Anecdotas El control


Después de la guerra, eran épocas del estraperlo. Las comidas y las bebidas escaseaban sobre todo en las ciudades. Las gentes de los pueblos podían sobrevivir con el aceite que tenían, las hortalizas y las patatas, también con los cerdos, pollos y conejos que  se criaban en los corrales. Como había abundante vino, casi la única bebida alcohólica que se bebía, algunas gentes del pueblo se dedicaban a subir a Zaragoza con los carros, por la noche, con comidas escondidas en ellos, a estos se decía que se dedicaban al estraperlo. Como esto  estaba creciendo, pusieron en las entradas de Zaragoza unos controles y a todo que cogían con comida o bebida le hacían pagar una tasa. Cada familiar que subía del pueblo con un pollo o conejo o un trozo de jamón, lo paraban en el control y a pagar.
El tío Segundo, abuelo de los segundos que ahora viven, entre ellos mi amigo Joaquin, en Urrea, un día decidió ir a ver unos familiares que tenía en Zaragoza y pensó que les llevaría medio cántaro (5 litros) de vino para que pudieran bebérselo.
Al llegar a la entrada lo paran en el control:
-       ¿ A ver, qué lleva usted ahí?
-       Pues cinco litros de vino.
-       Tiene que pagar cinco pesetas.
El tío Segundo se quedó pensando y les dijo:
-       ¿Y si me lo bebo?
-       Si se lo bebe usted no tiene que pagar nada.
El tío Segundo se sentó en una acera y poco apoco se bebió los cinco litros de vino.
Llega al control y pregunta:
-       Puedo pasar ahora sin pagar.
-       Ahora ya pude usted pasar.
A los que peor les fue fueron a los familiares que se quedaron sin los cinco litros de vino, tampoco sé si el tío Segundo encontró la casa de su familia.




2 comentarios:

  1. Ese comentario asi como otro parecido con el tonel
    se lo he oido comentar de mi abuelo. Yo solo vi alguna anecdota con el tio Monreal en la Taberna el tio Valencia en el Cochuelo, que con cahuete entraba el vino bien.M.L.Blasco

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  2. Esta y otras anécdotas se las he oído contar muchas veces a mi marido y siempre que las escucho pienso lo mismo:en mi suegro,en su buen carácter,lo gracioso que es y las cosas que tiene ¡Que parecido es al abuelo Segundo!. Pili

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