viernes, 27 de enero de 2017

Conozcamos un poco de historia de Urrea, La Loma del Regadío I

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La villa romana de la Loma del Regadío (Urrea de Gaén, Teruel) y su gran almazara
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El yacimiento de la Loma del Regadío de Urrea de Gaén (Teruel) constituye el mejor y más evidente ejemplo de producción intensiva de aceite de oliva en época romana en Aragón.  Su excelente conservación, protección y puesta en valor lo convierten en un yacimiento de visita obligada en el actual panorama de la arqueología bajoaragonesa.  



Aspecto del yacimiento tras la excavaciones. Foto Museo de Teruel.
La villa romana se emplaza sobre una pequeña elevación de terreno que dominaba una antigua área endorreica, recientemente desecada, próxima al río Martín, en su margen izquierda. Los trabajos realizados por el Museo de Teruel en este yacimiento en los últimos 15 años han sacado a la luz los restos de un pequeño asentamiento rural cuya cronología abarca desde los siglos I al IV d.C. si bien la etapa mejor representada, y de la que se conservan más estructuras, se sitúa entre finales del siglo III y finales del IV de nuestra era (Azuara et alii 2011-2012, 222).
Una villa romana “austera”
A pesar de que la Loma del Regadío sufrió importantes afecciones a lo largo del siglo XX, como consecuencia de la intensa roturación y cultivo de su entorno inmediato, las recientes excavaciones han conseguido sacar a la luz, en una superficie de unos 1.500 m2, parte de una villa romana tardía en la que se distinguen claramente dos zonas: un área residencial (o pars urbana) y otra, de mayor tamaño, dedicada a la producción de aceite  de oliva y quizá de vino (pars rustica).

Recreación del peristilo y del mosaico
El  área residencial conservada correspondería al modelo clásico de domus de peristilo con patio central rodeado de pórticos de columnas y diversas habitaciones y dependencias distribuidas en torno al patio. En conjunto, la villa presenta unas características constructivas relativamente austeras, con muros de fabricación tosca con enlucidos de cal y suelos de tierra batida, que contrastan con los acabados de otras lujosas villas romanas de esa misma época documentadas en Aragón como La Malena de Azuara (Zaragoza) o la Villa Fortunatus de Fraga (Huesca). Incluso los dos mosaicos conservados en la Loma del Regadío, realizados con la técnica de opus tessellatum, presentan una ejecución algo tosca y un sencillo diseño de tipo geométrico en torno a un único cuadro figurado central que representa la lucha entre Beleforonte y la Quimera (Azuara y Villagordo, 2007).





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