LAS BROMAS DEL TIO NICASIO
El tío Nicasio era un hombre
muy dado a las bromas ya fuera en el
pueblo como cuando iba a Zaragoza. Entre las muchas que de él se
contaban era que una vez iba andando por
Zaragoza con una especie de paquete debajo del brazo, lo ve la guardia civil y
se dirige hacia él para ver qué llevaba:
- ¿Buenos días vamos a ver que
lleva usted debajo del brazo?
El tío Nicasio les contesto
mal humorado
- ¡Una mierda seca!.
- Oiga usted un poco de
respeto, le he dicho ¿qué lleva usted debajo del brazo?
Vuelve a contestar:
- ¡Una mierda seca!
- ¡A ver, venga, desenvuelva
lo que lleva en ese periódico!
El tío Nicasio no le quedó
otro remedio que abrir el paquete. Cuál sería la sorpresa de los guardias
cuando al abrir el periódico el tío Nicasio llevaba una mierda seca. La guardia
civil tuvo que dejarlo marchar porque no había mentido.
Otra de las que cuentan de
el fue que pasando por un puesto de fruta en Zaragoza, paró delante de unos
hermosos y rojos tomates y le preguntó al que los vendía:
- ¿Esto qué es?
El dependiente le contesto:
- ¡Tomate!
El tío Nicasio se puso comer
y cuando llevaba ya tres o cuatro empezó a marcharse. El dependiente le dijo:
- ¡Oiga que tiene que pagar!
Entonces el tío Nicasio le
dijo:
- ¡No me dijo que me tomara! -
y así marcho sin pagar.
También cuentan que entro en
una ferretería donde vendían cepos para coger pájaros. Cogiendo un cepo, el tío
Nicasio le preguntó al dependiente:
- ¿Esto para que sirve?
El dependiente, muy amable,
le explicó que servía para coger pájaros.
- ¿Y cómo funciona?
El dependiente le dijo:
- Lo abre usted. – Y el lo abrió.
- ¿Y el cebo donde se
pone?
El dependiente siempre muy
amable le indicó donde se ponía el cebo, entonces el tío Nicasio soltó el cepo
pillando el dedo al pobre dependiente que allí se quedo con su dolor. Seguro
que este dependiente no caería en otro cepo.
Antes cuando se iba a labrar
con las caballerías, la gente se quedaba mucho en los mases a comer y a dormir por lo costoso que era el
viaje sobre todo, si estaban en la Chumilla, se quedaban toda la semana.
La comida consistía en
judías secas y tocino, pero no solo eran las judías para comer, sino que ponían
el puchero para almorzar (ya que cuando se veía un poco ya se empezaba a
labrar), para comer y para cenar .
Pues esto ocurrió en un mas
de la Chumilla. Estaban preparándose para comer una familia y al tío Nicasio,
vecino de otro mas, no se le ocurrió más que subir al tejado y meterse por la
chimenea y tirarse encima del puchero para volcarlo y pegarles un buen susto.
Lo que no contó es que al tirarse se quedo cruzado en una barra de hierro que
había en la chimenea para que no entraran los ladrones, los gritos del tío
Nicasio alertaron a la familia que tuvieron que subirlo deprisa porque se
ahogaba por el humo y es como el que
una vez hizo caer a uno en un cepo ahora había caído él.