Cada año cuando viene la feria, como decimos aquí, se corta el agua de la acequia Gaén para limpiarla.
Una tarea dura que antiguamente se hacia con mucha gente, pero cada día quedan menos agricultores, y la gente escasea para estos menesteres , y aunque no es lo mismo que anteriormente , pues la tierra y la broza la sacara después una maquina, hay que estar dentro con agua por muchos sitios, humedades en los pantalones, es decir un trabajo duro.
No todo esta tan limpio como hemos visto hasta ahora, cuando te metes en la acequia aparece barro que se clava hasta la rodilla, o túneles de cañas que hay que cortar para que pueda pasar el agua.
Andando por ella te encuentras con puentes que son una verdadera obra de arte, puentes asentados en perfectas piedra de arena, y el arco de arriba hecho con ladrillo viejo alguno en perfectas condiciones, aunque ya no se emplean porque las huertas a la que daban acceso están yermas, puentes que nuestros antepasados harían con toda ilusión, y ahora han caído en el olvido, tapados por las cañas y las zarzas.
De vez en cuando , algún cangrejo parece decirte que por aquí no puedes pasar.
La broza y las cañas las van amontonando donde tiene acceso la maquina para poder sacarlas
Piedras han caído desde la calzada de la carretera vieja de Urrea a Albalate, han sido apartadas contra la pared de la acequia para que el agua pueda correr libremente por su cauce.
Alguna piedra demasiado gorda para poder saltar la acequia, se ha quedado en equilibrio por muchos años, viendo pasar litros y litros de agua por debajo de ella.
Hay que reconocer el esfuerzo de estos agricultores que con su trabajo hacen que el agua pueda llegar a los regadíos de Urrea , Hijar y La Puebla para poder sacar sus cosechas adelante.
Toño