viernes, 4 de noviembre de 2016

Los duelos de antaño II

La noche transcurría entre historias y cuentos y cuando se hacían las tres o las cuatro de la mañana empezaban a desfilar las gentes para sus casas, siempre te parecía mal marchar demasiado pronto, algunos aprovechaban de que se iba la mujer, para decir que se marchaba para acompañarla.

Los mas allegados eran los que mas aguantaban ,así como iban marchando , el nivel de volumen de las voces iba bajando, entonces los que quedaban se iban durmiendo en las sillas, hasta que venia una segunda ronda de pastas y café que despabilaba a los pocos que ya iban quedando.

Anécdotas habrá bastantes yo recuerdo que en el velatorio de mi abuela explotó una cafetera,salvo unas quemaduras no hubo que lamentar ninguna lesión.



Cuando ya apuntaba el sol la casa quedaba vacía con los familiares a esperar la hora del entierro ya fuera por la mañana o por la tarde.

A la hora del entierro la casa y la calle se llenaba otra vez de gentes, y esperando que el cura y los monaguillos llegaran escoltados por un  pendón negro que imponía mucho respeto , pues cuando aparecía por la calle se hacia un silencio total.




Me contaron que una vez en un entierro que hacia mucho aire este pendón salió volando por los aires

Al salir del funeral no era costumbre de ir al cementerio tanta gente como se va ahora , si no que los familiares se ponían  en la  puerta de la iglesia y se les daba el pésame todos los que habían acudido, esto se fue perdiendo poco a poco y se acabó acudiendo de forma mas masiva al cementerio.

Antiguamente  si que había ya nichos pero había  mas difuntos  que se enterraban en tierra, entonces los amigos de la familia ayudaban con las palas a meter la tierra para tapar el féretro.



Después la familia se retiraba a casa para descansar pues llevaba mas de 24 horas sin dormir por el ajetreo que había habido en su casa.

Las mujeres vestían de luto un año y en los hombres era normal ver en ropas claras un brazalete negro, si era algún hijo el que se había a muerto ya no se quitaban el luto durante la vida.

Ahora todo es mas cómodo, se duerme y se descansa en la noche y no hay que hacer ese movimiento en la casa ,
Y eso que yo pensé que cuando se hizo el sanatorio que no llevarían a todos los difuntos allí, si no que algunos de ellos los seguirían  velando en las casas, pero desde que entro en funcionamiento, todos sin excepción han pasado por el tanatorio .

Y es que los tiempos cambian


Toño

4 comentarios:

  1. Una pregunta amigos urreanos nos gustaría saber desde albalate cuantos niños hay en el colegio de Urrea? Es solamente por preveer cuando se cierre el mismo en Albalate los que pueden venir. Para pedir más horas de monitoras. Gracias.

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    1. Tambien con eso queréis tocar las narices?, y no se te ocurre pensar que para desplazar a los niños siete kilómetros pudiera ser mejor un traslado de dos y medio?, eso por carretera que por el camino y al colegio son solo uno y medio...

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  2. A comentarios tan necios , tan absurdos y con tal mal gusto como el primero lo mejor de todo y lo que se merece es ignorarlos . No te preocupe lo más mínimo el futuro de los urreanos , tenemos salero de sobra para buscarnos la vida .

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  3. Por eso vienen ellos a la guardería!

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