Desde entonces alla por los años años sesenta algo a ido cambiando poco poco, el suelo aparece lleno de cagarrutas de las cabras salvajes que se han adueñado de la cueva para poder pasar allí la noche o resguardarse de las lluvias, han crecido delante de la cueva unos hermosos latoneros que por aquel entonces no estaban, y en los que ahora muchos jóvenes se han prometido amor eterno esculpiendo en su piel el nombre de los dos, el tiempo ha pasado y los arboles en su lento pero imparable crecimiento han ido borrando poco a poco las letras, aunque todavía se puede leer el nombre de alguno, algunos les habrá pasado lo que al árbol que se habrán ido borrando poco a poco pero otros siguen con su amor como dice el árbol, he aquí una muestra.
También diría yo que ya no es un sitio muy recomendable para sus visitas, pues hay un punto que parece querer desprenderse de la parte de arriba, a parte este año no hay manera de seguir la senda por ningún lado, pues hay mucha hierba crecida por las lluvias, y cuidado con los desprendimientos. Toño
Entrada a la cueva
cueva
Ha quedado demostrado...pero ninguno de los dos nos acordamos de haberlo escrito.
ResponderEliminarEli