martes, 3 de septiembre de 2013

Noticias de Urrea


Agustín Sanz, el arquitecto fiel’ recoge vida y obra de uno de los grandes arquitectos de la Ilustración en España y autor de las iglesias de Urrea, La Puebla y Vinaceite. José Manuel Herráiz, que presentará nuevo corto en el FestiFal de noviembre, ha sido el encargado de recuperar su nombre y su legado.

Probablemente se podrán contar con los dedos de una mano las personas a las que, al menos, les suena el nombre de Agustín Sanz. Zaragozano de nacimiento fue un hombre importante en el siglo XVIII. Fue maestro de obras, lo que hoy se conoce como arquitecto y por sus manos pasaron los proyectos más importantes de la época, incluidos los que se ordenaron construir por el Ducado de Híjar. Fue nombrado académico emérito de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
Agustín Sanz (1724-1801) dejó su sello repartido en decenas de construcciones por todo Aragón en municipios como Épila, Zaragoza, Pina de Ebro, Borja, Rubielos de Mora y Villamayor entre otros. También en el Bajo Martín ya que fue el artífice de levantar las iglesias de Urrea de Gaén, La Puebla de Híjar y Vinaceite. Templos que guardan muchas similitudes entre sí por motivos como este: compartieron arquitecto. Ni siquiera Francisco de Goya ocultó nunca su admiración por el primer arquitecto aragonés de la Ilustración y uno de los más importantes de la España de su tiempo.
Hombre clave en el Bajo Martín
Todos estos datos han sido recopilados y puestos en valor por Albella Audiovisual. Al frente está José Manuel Herráiz, director, guionista y colaborador de La COMARCA y ha sido el que se ha ocupado de recorrer durante todo un año todos los lugares en los que sigue en pie ese sello, incluido Madrid.
«La idea surgió en la edición del FestiFal de 2011 en Urrea. Ya había estado rodando Semana Santa pero aquella vez fue especial. Me quedé prendado de la iglesia y quise saber más», dijo. La casualidad quiso que ese año a los asistentes se regalase como obsequio un libro de Javier Martínez Molina en el que se enumeraban las iglesias del Ducado de Híjar y ahí estaba la respuesta: Agustín Sanz. Molina es un joven investigador de la Universidad de Zaragoza con el que contactó Herráiz para proponerle ser su asesor en la grabación del documental.
Lo más complicado ha sido la consecución de subvenciones. «En tiempos de crisis siempre hay cosas más importantes que una película», acuñó. Pero al final lo ha logrado y el proyecto se encuentra en postproducción. «Toca lo más difícil porque tenemos muchísimo material y hay que seleccionar y dejarlo en un tiempo de unos 50 minutos», advirtió. Primero fue el Ayuntamiento de Urrea de Gaén. «Otra vez Urrea, siempre dispuestos», dijo, luego vinieron, sin orden cronológico, el Gobierno de Aragón, los ayuntamientos de Épila, La Puebla de Híjar, Pina de Ebro, Borja, Rubielos de Mora, Villamayor, y finalmente Aragón TV. «Ha sido el empujón definitivo y se estrenará ahí en los primeros meses de 2014», comentó. Antes se podrá ver otra de las creaciones de Herráiz en el FestiFal de este año ya que presentará otro cortometraje.
Rodaje en el Bajo Martín
Herráiz reconoció que «gran parte de ‘la culpa’ de que esto salga adelante la tiene el Ayuntamiento de Urrea. Se volcaron desde el comienzo». Allí grabaron con todo el equipo de grúas y cámaras fijas que requiere, la iglesia por dentro, por fuera y desde todos los ángulos. También estuvieron en La Puebla de Híjar donde también encontraron colaboración institucional y donde hicieron lo mismo. En este caso existe la singularidad de la torre porque el templo poblano carece de ella. «Sanz diseñó una muy bonita pero por problemas de presupuesto en la época no se culminó», explicó. El rodaje también tomó imágenes de la iglesia de Vinaceite, muy similar a la de Urrea. «Tienen una sola nave y muy originales. No se conocen fuera de estas comarcas y deberían ponerse en valor», opinó.
La parte en la que se ha contado con personal se rodó este fin de semana en La Iglesuela del Cid. Los vecinos se volcaron para hacer de extras y arropar al actor Enrique Úbeda en el papel del arquitecto. No dejó legado en el pueblo pero el entorno, y en concreto, la Casa Aliaga, era el mejor para recrear su casa de Zaragoza. «Los vecinos han sido actores y han prestado ropas de mucho valor histórico», explicó el director agradecido con la acogida de los pueblos, ayuntamientos y sus gentes.

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