lunes, 13 de septiembre de 2021

El Señor Emilio

         

EL SEÑOR EMILIO


 El señor Emilio, por muchos de nosotros conocido por ser el practicante, comadrón y barbero era muy aficionado a la caza con perdigacho en la jaula y cuando la gente  iba a la barbería allí contaban las verdades y también las mentiras de sus cacerías, digo también las mentiras porque los cazadores que ya lo conocían le tiraban las patas de las perdices que ellos mataban y se las tiraban a su balcón, él las recogía y cuando más gente había en la barbería sacaba  las patas y decía :¡todas estas mate ayer!,la gente que ya lo iba conociendo se reía pero los que no, decían pero cómo puede matar tantas perdices este hombre.




También era muy aficionado a la pesca, muchos lo hemos visto hasta que era muy mayor con su caña, que tenía escondida, pescando por la la Badina algún que otro barbo.

En tiempos pasados, antes de que los desagües desembocaran en el río Martín, las aguas estaban muy limpias y abundaban las anguilas. Un día  bajó a pescar al pocico Oliver y después de estar un buen rato y no pescar ninguna se presento allí el Sastrecico que también bajaba  a pescar; le preguntó qué tal iba la pesca y el señor Emilio le dijo que mal, entonces se puso a pescar junto a él. No más hizo echar la caña, cogió una anguila el Sastrecico. El señor Emilio le dijo: 

- ¡Estaría esperando que llegaras tú! – después otra y otra.... así hasta seis.

Me decía a mí: 

  • ¿Pero cómo puede ser que tuviera yo la caña al lado y a él le picaran seis y a mi no me picaran ninguna?


Era también muy aficionado a jugar a las quinielas, lo hacia con el tío José “el Caponera”, el tío Domingo el Perdigón, , el Antonio  el Perdigón ,el tío Jesús el Lela, y el Canobas. Las discusiones cuando hacían las quinielas eran interminables: 

  • ¡Que no le pongas perdedor al Zaragoza!
  • ¿Cómo va perder el Madrid si juega en casa?
  • Al Bacelona le ponemos una X que juega contra el Valencia.
  • ¡No hombre, no, que hay que ponerlo ganador! 

Todo esto acompañado de un café que hacían en casa del tío  Antonio el Perdigón y la tía Julia, pero no era un café normal como el de ahora, era cebada tostada y  un poco de achicoria, y, café  viene, café va, así pasaban la tarde intentando hacer la quiniela. Cuando pasaba el domingo y habían tenido pocos aciertos, en la barbería, todo eran discusiones. El Caponera decía: 

  • ¡Si es que la ha hecho él por eso hemos acertado tan poco! ¡Al otro domingo ya la haré yo!

Al otro domingo la discusión era la misma pero al revés.





Una vez acertaron uno de trece y cobraron 4.000 pts. Se las gastaron en una merienda de merluza. Compraron las merluzas y comieron hasta que se hartaron y es que entonces no se comía casi merluza por lo cara que iba. Había un dicho que decía: “Cuando un agricultor come merluza uno de los dos esta malo(o el agricultor o la merluza)” .

De todas las maneras, decía el  Caponera: 

  • No queremos que nos toque un premio grande porque si no, cada coche que baje por la calle Mayor, diremos: “¡Ya están aquí a por nosotros!

La vida les pasó y nunca recibieron un premio que mereciera su entrega al hacer las quinielas.

Toño


1 comentario:

  1. Hola Toño yo conocí a don Emilio, éramos vecinos una bonita historia ,fue un gran hombre me pelaba como el quería

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