NOTA: Estas anecdotas hace muchos años que ya las escribí
EL ESTRINQUE
De siempre se han hecho hogueras en fechas señaladas. Hoy aun se siguen haciendo la de San Antón, la de San Valero y la de Santa Águeda. Esta última es de hace pocos años. Al principio, las mujeres recogían la leña por las eras y por las calles y no dejaban acercarse a los hombres a la hoguera. Hoy los tiempos han cambiado y somos los maridos los que tenemos que prepararles la hoguera y ya van dejando que se acerquen los hombres aunque, por la costumbre que había, siguen sin acercarse los hombres; si acaso va alguno joven, sin embargo las demás hogueras que hacemos ellas si que pueden ir. ¡Estas mujeres de Urrea...!
Los días anteriores a estas hoguera los chicos íbamos a buscar leña por las huertas, calles y eras. En mis tiempos lo hacíamos con una soga, poníamos palos cruzados en la soga y nos íbamos emparejando de dos en dos y tirábamos de ella y cuando entrábamos en el pueblo cantábamos a voz en grito, según fuera San Antón o San Valero:
San Antón tiene un tocino
que le dan sopas y vino
y le dicen borrachón.
¡Viva la gaita y san Antón!
O:
San Valero, ventolero,
dame un auja p’al pañuelo,
el pañuelo p’a las almas,
y las almas para el cielo.
Más de una vez, después de estar la leña en el montón de la hoguera, nos la han hecho devolver. Recuerdo que le cogimos al tío Manolico “El Corona” un tronco de nogal gordo que tenía en la puerta de la carpintería. Después de estar ya en el montón, apareció el tío “Corona” metiendo bulla, diciendo que el nogal era para hacer unas tablas. Así que, con lo que nos había costado subirlo, coge el nogal y tira para abajo.
Otra vez fuimos a una huerta mía que hay en el camino de Albalate, pues habían arrancado una mimbrera y nos dijeron que nos la lleváramos. Íbamos una buena cuadrilla de chicos y aunque la mimbrera era muy grande pudimos arrastrarla por el camino y llevarla hasta el pueblo. La subimos por la calle Cabañero. Ya tuvimos dificultad para pasarla por el arco, pero al llegar al estrecho donde vive el “Picante”, los mimbres hicieron presión en las paredes y ya no pudimos seguir para adelante, tuvo que bajar un tractor, recuerdo que fue "El Churres" y enganchar la mimbrera y subirla hasta la hoguera.
En tiempos anteriores a los míos que yo ya no conocí, iban a pedir los chicos al tío Miguel “El Herrero” un estrinque que tenía y que el hombre dejaba muy gustoso a los chicos. El tío Miguel se reía cuando veía marchar a los chicos que casi no podían llevar el estrinque, eso sí había que devolverlo para poder usarlo en la próxima hoguera.
Toño
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