domingo, 20 de febrero de 2022

El poligono de La Venta del Barro

El polígono Venta del Barro de La Puebla de Híjar ya emplea a más de 700 personas

Con Pretersa-Prenavisa como motor, una veintena de empresas desarrollan su actividad en el polígono a pie de N-232


Por el cuadriculado entramado de calles del polígono Venta del Barro se mueven cientos de personas a diario. El área industrial cuenta con una veintena de empresas y ya se hace necesario más espacio. Calculan que quedan 40.000 metros por vender, por lo que una empresa que requiera de una hectárea completa ahora no dispone.

«Nos están llegando más propuestas en el último año que en diez», dice Pedro Bello, que además de alcalde de La Puebla es el presidente de la Mancomunidad del polígono. Considera que Venta del Barro está en un buen momento porque, «por primera vez estamos acogidos a una línea de ayudas como es la Transición Justa». En la lista de potencialidades añade el gas, un ramal ferroviario, además de la próxima instalación de fibra óptica, cuya licencia está concedida desde 2019 y solo queda la conexión por parte de la operadora. «Estamos a pie de la futura A-68 y seremos uno de los enlaces más importantes para ser punto de despegue para el Bajo Aragón con Andorra incluido».

De hecho, es la villa minera una de las localidades desde donde más se desplazan trabajadores a diario. El número ha aumentado y, según el último recuento realizado en 2021, el polígono emplea en total a 723 personasun centenar más respecto a los datos del año anterior. «Este tiene que ser el polígono de todos, el Platea del norte de la provincia de Teruel», apunta Bello.

Pretersa-Prenavisa, que recientemente fue adquirida por Cementos Molins, es el motor del tejido empresarial de este espacio en el que están mancomunados siete de los nueve pueblos de la comarca del Bajo Martín (Samper y Castelnou participan pero no tienen voto). Los deseos de expansión difuminan las fronteras sobre papel y «es también el polígono de Alcañiz». Con más de 200 empleados que residen en la capital bajoaragonesa, es la población desde la que se desplazan más personas a trabajar. A esta lista, además de Híjar y La Puebla, se suma Andorra y también a Caspe o Escatrón como poblaciones cuya presencia va adquiriendo más peso.

Entre los modelos de negocio hay variedad aunque últimamente despunta el sector del metal. «Hay media docena de empresas muy consolidadas que proceden de diferentes pueblos», comenta el poblano que destacó que «más que competir se ayudan».

Fibra para empresas punteras

En esta actitud colaboradora coinciden los emprendedores que eligieron el polígono. «Tiene mucha vida, hay mucha actividad y no hay naves vacías. Hay buena relación entre todos y es lo más positivo», dice el hijarano Sergio Maján, uno de los socios de Talleres Sercom. «Cuando todos vamos en la misma dirección todo es más fructífero que yendo cada uno por su lado», apoya María Moragriega. La poblana forma parte de Talleres Balfagón, una empresa que se instaló allí hace 15 años. «Casi estábamos solos y ahora somos muchos y además pronto sumaremos otro servicio con una estación de ITV. Que esté cerca la fibra óptica es una gran noticia porque este polígono lo tiene todo para cualquier empresa porque estar a 45 minutos de Zaragoza implica línea directa con Madrid y Barcelona», asegura.

De pueblos que van ganando presencia como Escatrón procede Ángel Artal, responsable de Áridos Artal. También es veterano y eligió Venta del Barro porque ofrecía una mejor logística para el suministro de materiales. Destaca la importancia de Pretersa-Prenavisa, a quienes le suministran árido y con quienes «hay muy buena relación». Asegura que el polígono es especial porque «sin tener una población grande en la zona, hay muchos pueblos pequeños que funcionan y que tienen vida». Destaca el compromiso de la mancomunidad desde donde se está poniendo a la empresa en el foco de las políticas a desarrollar. «Si el empresario funciona el obrero también y viceversa y esa es la mentalidad dejando fuera ideologías políticas porque cuando se trata de trabajo eso se queda fuera», concluye.

También hay empresas punteras como Zafán Recubrimientos, que empezó su actividad en 2007. Son especialistas en aplicar pintura en sustrato plástico y metálico, una labor para la que emplean tecnología punta. Trabajan en ámbitos variados como electrodomésticos, eléctrico, la cosmética o cargadores para automoción. Salvo Zaragoza, el resto de clientes los tienen a un radio de 300 kilómetros al llegar a Cataluña, Levante, País Vasco y Navarra. «Debemos de estar entre las dos o tres empresas más preparadas en nuestro sector y para nosotros la tecnología es fundamental», apunta el responsable, Juan Carlos Gareta. «Si en un polígono donde trabajan más de 700 personas no es importante la fibra, yo ya no sé dónde lo es. No es de recibo que cada uno nos tengamos que buscar la vida por nuestro lado con los operadores», dice. Respecto al futuro es optimista, ya que sostiene que las empresas, además de empleo, son generadoras de ilusión. «A pesar de las crisis y demás inconvenientes, siempre hemos estado en un buen momento en el polígono y en el futuro también le irá bien», concluye.

PERIODICO: La Comarca

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