El otro día iba yo paseando por el cementerio, algo que hago alguna que otra vez, me gusta ir recordando las personas que han pasado por nuestra vida y ya no están con nosotros.
Recuerdo haber visto lapidas curiosas, no es que diga en el cementerio de Urrea , sin no que me fijo también en los de los pueblos que por circunstancias de tener algún amigo, al morir el padre o la madre tengo que desplazarme para su entierro,el año pasado estuve en Calanda , y allí por ejemplo pude ver una lapida en la que aparecía la foto del masecico del que en vida habria tenido ese hombre y que tan buenos ratos habría pasado en su vida en el, enseguida reaccione y dije así me gustaría tenerla yo cuando me muera , que cuando me viera la gente pensara en mis trabajos sobre el huerto y sobre todo los muchísimos ratos buenos que he pasado en el.
Pero no es de esta lapida de la que quería hablar se trata de de la del tío Jose “El Tartiera”, cuando llegue a ella ,vi que estaba la foto del el y un grabado en el que aparecía un cazador con la escopeta de cazar y su perro, de pronto me pareció verlo por los montes andando todavía , unas veces aparecía solo otras iba con gente joven y hasta otras con su nieto Javi y su perro que iban peinando poco a poco las esparteras y albadas y romeros de Valdecorrales en busca de alguna liebre, esto es lo bonito de una lapida que te recuerden tal y como eras en vida y con lo que disfrutaba , con sus aficiones tal como lo era la caza y que aguanto hasta que pudo , sus charlas en la plaza con lo demás abuelos ,con sus cuentos y anécdotas que iba repitiendo una y otra vez, con su estar tomando el sol en los bancos de la plaza aunque fuera verano.
Por eso creo que ha sido una lapida de lo mas acertado, para el la caza lo era todo, era lo que mas le gustaba y allí donde estés no creo que haya caza , pero si hubiera seguro que te harías cazador, este fue el tío Jose “El Tartiera”. Toño
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