viernes, 17 de octubre de 2014

El rincon de los Hermanos de San Juan de Dios

Uno de los sitios bonitos que hay para que jueguen los chicos y tomen el sol  y los mas mayores es este rincón , el de los Hermanos de San Juan de Dios, nombre que se debe a los hermanos urreanos que han muerto o que siguen todavía en esta orden.
 Hablamos del padre Matias hombre que llego muy alto en la orden y que sobre todo amaba a su pueblo , venia siempre que podía , disfrutaba con la Semana Santa, lo veías en las jotas de fiestas, andaba por el medio del toro de fuego, disfrutaba con su pueblo. Hablamos de Ramón Martin, que al final hizo sus votos  y se hizo sacerdote , otro que ha dado su vida para estar siempre entre enfermos, pero siempre que puede viene a su pueblo disfrutando como uno mas de fiestas , o de paseos por la Hoya del Moro. Hablamos de Miguel hermano de Ramón, otro que se hizo cura también , este tenia una vocación muy temprana, todavía recuerdo con unos diez años que teníamos , pues quinto mío , hacer ya misa en las habitaciones altas de su casa con un pequeño altar y una pequeña virgen y alguna flor que poníamos, esto si que es vocación.Hablamos de Benjamin, quinto mío, otro hermano de San Juan de Dios dedicado a los enfermos, y como los otros, otro que viene al pueblo en fechas fijas,por ejemplo no se perderá nuestra marcha senderista, o 15 días de verano para poder andar por los caminos de las huertas y después ir a nadar un rato en las piscinas y después tomar un par de cervezas con el Toño, estos son los hermanos de San Juan de Dios de nuestro pueblo y a los que esta dedicado este bonito rincón , entre la iglesia y la inacabada residencia.    Toño














2 comentarios:

  1. Hoy escribo por alusiones. Efectivamente, yo soy Ramón Martín, uno de los cuatro hermanos de San Juan de Dios de Urrea, el primero que seguí tras los pasos del Buen Samaritano, en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, siguiendo una invitación del Hno. Matías de Mina. Era a comienzos de curso 1960-61. Precisando un poco más: yo me metí en esta aventura para acompañar a mi amigo Juan Manuel Lafaja, sobrino del Hno. Matías, que no quería ir solo al seminario de Calafell. Al año siguiente él se quedó en el pueblo, contrayendo matrimonio años más tarde con Pilar, y yo seguí la vocación hospitalaria. Por tanto, se han cumplido ya 54 años que salí del pueblo y os diré que me siento muy feliz siendo Hermano de San Juan de Dios y ejerciendo como sacerdote hospitalario en el hospital general y los equipamientos psiquiátricos de Sant Boi de Llobregat, así como la atención espiritual en las unidades de salud mental de los centros penitenciarios de Barcelona. A pesar de la distancia y de los años que llevo fuera me siento muy urreano y sigo con interés todos los acontecimientos que se van produciendo en el pueblo y que tan puntual y gráficamente nos describe Toño en su blog. Junto con los Hermanos Matías, Miguel, Benjamín y yo mismo, otros muchos chicos de Urrea tambien pasaron unos años en San Juan de Dios y cuando descubrieron que no tenían vocación religiosa, salieron y desarrollaron su formación y su vida en otros campos de la sanidad o de la acción social. Por lo que he hablado con ellos creo que tambien les ha quedado dentro la huella de San Juan de Dios. Gracias por dedicarnos un rincón tan bonito en Urrea y gracias por publicar este recuerdo en el blog. RAMON

    ResponderEliminar
  2. Toño, agradezco de nuevo tu recuerdo hacia los de S. Juan de Dios nativos del pueblo. Desgraciadamente en estos últimos tiempos nuestra familia hospitalaria se nos ha hecho famosa por nuestros Hermanos misioneros muertos por contagio del Ebola.
    También yo, como dice Ramón, me siento muy feliz con mi vocación, aquella de la que tú ya participabas en nuestros juegos infantiles "celebrando misas" en los graneros de mi casa. Eso sí, que conste que también me gustaba jugar al fútbol, a los pitos, los marros... E incluso fumaba algún que otro cigarro elaborado con pelo de mazorca del 'panizo' o, en contadas ocasiones, del paquetillo que le robaba a mi padre del estanco y que algún 'disgusto' me costó.
    Gracias al pueblo por habernos dedicado un espacio tan hermoso precisamente al lado de la Iglesia. Estuve allí cuando lo inauguraron y doy fe de la emoción que embargaba especialmente al Hno. Matías.
    Miguel Martín Rodrigo

    ResponderEliminar