El tio Nicanor empezo aprendiendo el oficio a los diecinueve años y tuvo que marcharse a Cornella de Llobregat (Barcelona) allí estuvo tres años aprendiendo todo sobre los carros, continuaría después en Garrapinillos (Zaragoza), hasta que se caso con la tía Maria y fue entonces cuando se estableció en Urrea, por aquel entonces 1931 se encargaban bastantes carros y tenia que ser muy laborioso hacer uno y por eso casi siempre tuvo un empleado a su cargo.
Chapa que llevaban todos los carros fabricados por el tío Nicanor
Lo que fue la carretería antes fue una vaquería de unas tías de la tía Maria y allí fue donde se estableció, a principios de los años 40 se reformo lo que era el taller y la parte de detrás, ya quedando tal y como la conocimos algunos de nosotros, todavía se conserva la puerta que tenia.
El tio Nicanor y su empleado montando una rueda
Cada vez se hacían menos carros, pues los tractores venían desplazando a las caballerías, y los carros dejaron de fabricarse en los años 60, el tío Nicanor se dedico a la carpinteria , aunque por aquel entonces en Urrea había tres carpinterías , había faena para las tres , pues había llegado a Urrea el agua de boca y las gentes empezaron a poner los retretes y de paso modificaban alguna habitación mas o casi toda la casa.
El tio Nicanor y la tia Maria Con sus hijos delante de la carretería
Decir que mientras funcionaba la carpintería , la tía Maria tenia arriba en una habitación de su casa la primera central telefónica de Urrea que fué abierta en el año 1955.
El tio Nicanor y la tia Maria orgullosos ante la chapa de la central Telefonica
Dar las gracias por estos datos y estas fotos a Carmen y Jaime y poder conocer un poco mas de nuestra historia . Toño
ENCELLAR
Una actividad muy importante en el oficio de carretería, era “encellar”; consistía en preparar una gran circunferencia con leña y carbón, a continuación se prendía fuego, y se colocaban las llantas de hierro para las ruedas de los carros. Se sacaban cuando estaban al rojo vivo “rusiente” y se colocaban alrededor de la rueda, golpeando y a continuación se vertía agua para templar el hierro. Esta operación era muy delicada, pues había que darle el punto de dureza o elasticidad que requería.
Dicha actividad la realizaba en el “secano”, para ello, antes había que llenar la “pila” de agua, que con “calderos” se traía desde la acequia.Era todo un espectáculo, gente desde la carretera, lo contemplaban.
Una vez finalizado el trabajo, con los rescoldos se cocían patatas.
Era una fiesta. Carmen y Jaime
Yo me acuerdo de los dos la tia Maria por que iva a telefonear a mi familia cuando llegaba a Urrea, en aquellos tiempos no habia otra manera pero era bonito por cierto era muy habladora cosa que a mi me encanta y el tio Nicanor me hizo un puerta que aun disfruto de ella, lo que publicas me hace recordar mi cariño a este pueblo Miquel Cochuelo Norte
ResponderEliminartengo grandes recuerdos de la casa de mis abuelos, recuerdo que mi abuelo tenia una pequeña oficina en el hueco de la escalera hecha de madera por èl y en el marco de la puerta nos iba tallando a todos los nietos y apuntaba la marca con el nombre la fecha y la edad de cada uno, recuerdo como mi abuelo se sentía orgulloso de como íbamos creciendo.
ResponderEliminarCesar
Recuerdo perfectamente todos los detalles que ofreces en el reportaje sobre la carretería/carpintería del Tío Nicanor: el lógico olor a viruta que se respiraba cuando entrabas en ella, el despacho artesanal de madera y cristal que él se había preparado allí, y las idas y venidas al teléfono para traer y llevar recados de mi padre Victorián, ya que era la central telefónica de la Tía María la primera y la única que en aquellos tiempos hubo en Urrea. Y en uno u otro momentno te topabas por allí con alguno de sus hij@s: Gloria, Pilarín, Manolín y Carmen, que aparecen en la foto de la época. Saludos a toda la familia Gil RAMON MARTIN
ResponderEliminarComo mi primo...muchos recuerdos de esta casa, la carpintería, las sierras y nuestros juegos con martillos y cepillos.
ResponderEliminarLa central telefónica también...otro oficio perdido!!
M Paz