El arroz SOS cuantos y cuantos años llevara empaquetando el arroz para que llegara a nuestras casas.
Desde que yo era pequeño lo recuerdo , seguro que habría mas marcas de arroz , pero este se llevaba la palma en el gasto de nuestros hogares, siempre esperando para ver cuando había paella, seguro que era día de fiesta , y por supuesto arroz SOS.
También el coñac Fundador era el que estaba hace muchos años , así reza en este anuncio, casa fundada en 1874, lo que quiere decir que lleva 174 años vendiendo este producto, y que una copa y con moderación parecía que ayudaba a hacer la digestión , junto con un café, la de tertulias que habrá estado presente en casas y en bares este coñac que : ¡Esta como nunca, el coñac que mejor sabe, esta como nunca, FUNDADOR!.
Este es uno de los primeros sacapuntas que yo tuve en la escuela, era un sistema de una cuchilla con un arco estrecho para que los niños no pudiéramos cortarnos, poco duró este sacapuntas porque enseguida aparecieron el sacapuntas de pasta con cuchilla que era mas seguro que el anterior e hizo desaparecer a aquel.
Este es la forma de uno de los pupitres que teníamos en la escuela, tenían una ranura para poder guardar lápices y plumas, y otro orificio redondo para poner el tintero, al principio cuando estuve yo en la escuela se dividía en dos, en una parte estaban los pupitres viejos, que eran parecido a estos pero mas negros y destartalados, curtidos por los años de batallas que llevaban encima, y los nuevos que eran estos , y que una vez pasado el tiempo que estuve en la escuela fueron todos igual que estos.
Los asientos eran abatibles, y una de las travesuras que hacíamos era poner unos huesos de latones, entonces los cogíamos abundantemente, y los colocabamos en en donde cierra el asiento, cuando iba a sentarse el chico saltaba el hueso haciendo bastante ruido, cosa que fue desapareciendo porque el maestro investigaba y después andaba la palmeta.
Recuerdo que algún año, cuando le daba la venada al maestro, nos decía, a limpiar los pupitres, manchados por rayas de pinturas, lápices y manchas de tinta, se habrían las puertas y cada pareja que usaba el pupitre lo sacabamos a la calle.
Allí estábamos toda la mañana rascando el pupitre a ver quien lo dejaba mas limpio, después le dábamos cera y venga a estregar, a medio día todos los pupitres para adentro.
Son recuerdos que tengo de mi niñez.
Toño
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