LA CASA DEL FOTRO
Todos sabemos cual es la casa que hay bajando la calle Mayor y que llegando a la Plaza, no la topamos de frente. Es donde últimamente vivió el tío Felipe Agorreta y donde ahora vive el José Manuel el Agorreta, ambos fueron albañiles.
Esta casa, en los últimos años ha sufrido varias transformaciones, y varios cambios de dueños. Me remontaré al año 1925.
Allí se montó, en los bajos, un casino que se llamaba “Casino de la Amistad” (quién iba a pensar que por aquel entonces existiera un casino en Urrea), el cual tenía su junta rectora. Este casino no duró muchos años allí, porque lo pasaron a casa de don Pepe Escuin, hombre que llegó a ser diputado; desgraciadamente, cuando se hizo mayor, se puso mal de la cabeza e iba haciendo la risa por todo el pueblo. Es la casa donde vivió don Pascual y la Hermógenes y que ahora es la casa del “Canon”. No sé si alguno de vosotros ha estado en salón grande que da al balcón de la plaza; yo si que he estado y es la mayor maravilla de pinturas que hay por esta zona. Pues allí montaron el casino. Imaginaos Urrea, en aquellos tiempos, con un casino así de señorial y con sus gentes dentro. Parece un sueño pero es verdad.
Volvemos a la casa del Fotro (la del Agorreta) a la que nos estábamos refiriendo. Esta quedó por un tiempo vacía y en aquellos tiempos había un médico en Urrea que se llamaba don Pedro Lain Lacasa, padre del académico y pensador Pedro Lain Entralgo, que nació aquí en Urrea, en la casa de las “Cachinolas” y
que últimamente a estado allí “El Arca de Noe”. Pues a don Pedro, medico de Urrea, se le ocurrió abrir en los bajos de la casa del Fotro un cine (no creáis que aquellos tiempos no estaban avanzados en Urrea), esto era por los años 1930 y la gente acudía a ver las películas: niños con los padres, algunos novios también irían, pero seguro que los padres tendrían bien vigiladas a sus niñas. Todo el mundo encantado con el cine, solo había un problema, que el cine era mudo. Para arreglarlo había un narrador que iba contando la película, como por ejemplo decía:
- La Manolita ahora se marcha con otro porque ya no quiere al José.
- Ahora están bailando charlestón .
- Cuando yo vuelva nos casaremos.
Y así la gente guardando un silencio sepulcral para poder oír todo, se lo pasaba en grande.
Después la casa paso a manos de Isidoro Mallor “El Fotro”. Este era de Híjar, y transformó los bajos en una fabrica de aceite y, durante la campaña, él vivía con su familia en el piso de arriba.
Este señor tenía un coche maca Citroën matrícula de Soria 540 y que era el primero que andaba por las calles de Urrea. Algunos, incluso mas jóvenes que yo hemos conocido este coche. Aun lo recuerdo andar subiendo por la calle Mayor, detrás llevaba un maletero donde “El Fotro” ponía los barriles de chapa donde transportaba el aceite.
Este coche acabó en manos del Manolico el “Caracol”, que nos lo dejó a los chicos de la Extensión Agraria, con la supervisión del tío Domingo el Diego, para ver si lo podíamos arreglar. Aun conseguimos ponerlo en marcha, pero nunca lo hicimos andar, ahora me consta que este coche esta en la Puebla el “Caracol” llegó a un arreglo con un mecánico de allí. Me han dicho que lo han sacado últimamente andando a la perfección en las carrozas de La Puebla.
Una tarde acompañado de mi amigo Joaquin el“Luciano” nos acercamos a La Puebla, pues él conoce a los que tienen el coche, no nos han puesto ninguna pega para poder hacerles estas fotos , muchas gracias a los de La Puebla.
Y volviendo a la casa que nos ocupa actualmente viven José Manuel Agorreta y Ángeles Sanz.
Y esta ha sido la historia mas o menos de la casa que hay enfrente de la calle mayor .
Toño
La casa de Isidoro Mallor, "el Fotro", me trae grandes recuerdos de infancia. Al ser vecinos y tener una buena relación entre los padres, siendo yo niño recorrí muchas veces el molino de aceite y los grandes depósitos donde se concentraba. También pasé muchas horas en el piso de la vivienda, ya que tenía un fuego siempre vivo en invierno y estábamos jugando allí con sus hijos, José Antonio y Rosamari. En el espacio cubierto de la acequia que da a la Herrería, un par de veces al año mi madre y otras amigas hacían jabón en un bidón sobre hoguera, que una vez puesto a secar partían en tacos para lavar la ropa. Y por supuesto, el coche del Fotro nos llevó muchas veces en familia al cine de Híjar. Gracias, Toño, por traer todos estos apuntes de la pequeña historia de nuestro pueblo.
ResponderEliminarantonio estoy preocupado .estoy desde la distancia y no tengo noticias de los paricos .
ResponderEliminarEstán bien , a todas las horas metidos en el agua
EliminarMis bisabuelos Silvestra Lahoz y Mariano Pamplona regentaron ese casino por un tiempo.
ResponderEliminarHasta q se fueron a vivir a Zaragoza en el año 1930.
En los años 50 había en esta casa una ventana con reja. Muchos niños metían la cabeza entre los barrotes, y alguno no lograba sacarla. Era un dramático espectáculo para el pueblo que se acercaba y que aplaudía cuando entre la habilidad de unos, y la fuerza de otros, conseguían liberar al niño.
ResponderEliminarEl señor Isidoro era el único de la comarca que se atrevía a salir con su coche (también taxi) cuando había nieve o hielo, previa ingesta de unas copas de coñac. Y sin cadenas, ni 4x4 ni móvil.
Junto con mi padre intentaron contruir un cine (se conservan los planos). Problemas coyunturales disolvieron el proyecto.
Muy interesantes el artículo y los comentarios. He aprendido y disfrutado con toda la información. Gracias!
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