Hubo un tiempo en que un
tocino andaba suelto por todo el pueblo de Urrea, esto fue una invención del
tío Vicente el “Hornero”, que siendo prior de San Antón allá por el año 1945,
se le ocurrió la idea de comprar un tocino pequeño y soltarlo en el pueblo y
que la gente le diera de comer allí por donde pasara.
La gente le iba dando lo que
tenía en casa pan seco, panollas de
maíz, patatas..., mientras el tocino iba engordando y engordando.
El cerdo iba y venía por las
calles de Urrea y cuando llegaba la noche, allí donde estaba, se echaba a
dormir, bien en el trinquete o en cualquier rincón de alguna calle seguro que
alguna gamberrada de los mozos o de los chicos se llevaría.
El día de San Antón rifaban
el cerdo entre todos del pueblo, al que le tocara seguro que haría una gran
fiesta en su casa y así pasaban a soltar
otro pequeño para que se criara durante todo el año.
Esto vino a durar unos 5
años, después la gente empezó a cansarse y desapareció la costumbre.
que pocos moros vivian entonces en urrea
ResponderEliminarEncuentro que fue una idea muy original y bonita me ha gustado mucho leerla MIQUEL del Cochuelo Norte
ResponderEliminarQue yo sepa los moros tienen prohivido comer cerdo
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