Finalizado nuestro periplo por esos mundos de la ilusión de los niños llevando regalos a nuestros amigos de la divina infancia, al regresar a nuestros castillos de la imaginación allá en el lejano Oriente, nosotros tres, Melchor, Gaspar y Baltasar nos despedimos de vosotros y prometemos volver al proximo año para traer otra vez la alegria e ilusión a la inocente fantasía de nuestros tiernos infantes, un abrazo queridos niños. Firmado Los Tres Reyes Magos
COMO ME GUSTA EL REY DE CARTÓN. Y que entrañables momentos vuelven a mi mente. Recuerdo cuando era pequeña y mi padre colocaba El Rey en la puerta de nuestra tienda. Era la hora de escribir la carta, conversar con él y soñar entre todos aquellos juguetes expuestos en el escaparate. Hasta que me decidía por uno de ellos pasaban unos cuantos días, y cuando lo tenía claro, ahí estaba mi carta, y también la de muchos niños de Urrea depositando los sueños, las ilusiones y sus propósitos. Cuando cerramos la tienda, mi padre lo regaló al Ayuntamiento. Durante muchos años le perdí la pista, pero el pasado año, el destino quiso que volviésemos a encontrarnos. Aún recuerdo cuando, por casualidad, subí a uno de los almacenes del Ayuntamiento y ahí estaba él, mi Rey. El tiempo parecía no haber pasado, y frente a frente y con lágrimas en los ojos, lo contemplé ; y si cabe, todavía me pareció más bonito. Por eso, cuando lo he visto hoy en el blog, me ha gustado la idea que hoy también forma parte, un poquito, de los niños de Urrea.
Finalizado nuestro periplo por esos mundos de la ilusión de los niños llevando regalos a nuestros amigos de la divina infancia, al regresar a nuestros castillos de la imaginación allá en el lejano Oriente, nosotros tres, Melchor, Gaspar y Baltasar nos despedimos de vosotros y prometemos volver al proximo año para traer otra vez la alegria e ilusión a la inocente fantasía de nuestros tiernos infantes, un abrazo queridos niños. Firmado Los Tres Reyes Magos
ResponderEliminarElegante, propio de SS. MM
EliminarCOMO ME GUSTA EL REY DE CARTÓN.
ResponderEliminarY que entrañables momentos vuelven a mi mente. Recuerdo cuando era pequeña y mi padre colocaba El Rey en la puerta de nuestra tienda. Era la hora de escribir la carta, conversar con él y soñar entre todos aquellos juguetes expuestos en el escaparate. Hasta que me decidía por uno de ellos pasaban unos cuantos días, y cuando lo tenía claro, ahí estaba mi carta, y también la de muchos niños de Urrea depositando los sueños, las ilusiones y sus propósitos.
Cuando cerramos la tienda, mi padre lo regaló al Ayuntamiento. Durante muchos años le perdí la pista, pero el pasado año, el destino quiso que volviésemos a encontrarnos. Aún recuerdo cuando, por casualidad, subí a uno de los almacenes del Ayuntamiento y ahí estaba él, mi Rey. El tiempo parecía no haber pasado, y frente a frente y con lágrimas en los ojos, lo contemplé ; y si cabe, todavía me pareció más bonito.
Por eso, cuando lo he visto hoy en el blog, me ha gustado la idea que hoy también forma parte, un poquito, de los niños de Urrea.
Angelines.