viernes, 9 de febrero de 2018

Reflexiones de un urreano

 Jeus Tena. La Comarca | Ene 24, 2018





Si nos paramos a pensar cuáles son las palabras más ricas dentro del inmenso número que de ellas hay en el diccionario de la lengua española, veremos que las hay de un valor inmenso, tales como madre, salud, dinero, amor, belleza, paz, felicidad, amistad, etc. pero creo que ninguna de ellas llega a alcanzar el valor de la palabra “vida”. Sin ella ninguna de las demás existiría y el universo no tendría ningún sentido al no haber nada para observarlo y admirar su grandeza y magnitud.
En ocasiones, me pongo a pensar sobre nuestra existencia sobre la tierra. Me doy cuenta que al nacer, la vida nos da todo lo que necesitamos para lo que seremos durante nuestra estancia en este mundo. Nacemos dotados de cinco sentidos que harán llegar a entender parte de los misterios que encierra el mundo y admirar la belleza de la naturaleza contemplando la diversidad y belleza de las flores, la inmensidad de los océanos o las estrellas en una noche clara de verano. También nuestros sentidos nos dotarán de la capacidad de reír, llorar, sentir tristeza o alegría, sufrimiento, amor u odio. Esta mezcla de sentimientos hará que podamos valorar la riqueza de nuestras vidas y el grado de felicidad que encierran.
Como seres inteligentes que somos, debemos ser lo suficientemente tolerantes para respetar las distintas formas de entender los misterios de la vida y del universo, cuales quiera que sean sus creencias.
Encuentro sumamente atractivo el pensar en cómo se produce ese gran milagro que hace que lleguemos a este mundo. En mi niñez, nos decían que los niños veníamos de París y lo encontrábamos lo más natural, ya que nos decían y confirmaban nuestros padres, los seres más queridos y creíbles que conocíamos. Cuando supe la verdad, recuerdo el chasco que me lleve y hasta llegué a dudar de que así fuera. Me decía: ¿Cómo es posible que salgamos del vientre de nuestra madre? ¿Y por dónde?
En la infinidad de especies de animales que existen, tanto en la tierra como en el mar, algunas de ellas ni siquiera parecen pertenecer a este reino, más bien parecen vegetales. Esto lo comprobamos cuando la televisión emite documentales del fondo marino con imágenes de seres extraños e inimaginables por sus formas y su aspecto. También me llama la atención que al comparar el volumen de un elefante con el de una hormiga, veremos que no importa su volumen para que cada cual, con su complejo organismo, se mueva y controle sus actos.
El reino vegetal, con el sinfín de especies de plantas de lo más diverso y que ofrecen sus innumerables propiedades. El valor nutritivo de sus frutos, plantas medicinales con que curar nuestras dolencias. Sus semillas nutritivas y su principal finalidad, la de perpetuar sus especies, engendrando en la tierra.
Con mi poco saber, no dejo de pensar en los mecanismos que mueven todo aquello que tiene vida. Me parece alucinante. Cuando contemplo el esqueleto de un ser humano o de cualquier otro animal, veo en ello esa gran obra de arquitectura, con la precisión y perfección de todos sus huesos y los músculos que los protegen. También admiro el sistema de irrigación que manda nuestra sangre por todo nuestro cuerpo hasta llegar a toda nuestra piel gracias a esa potente y precisa bomba, el corazón. Tampoco olvidemos que estamos formados por los átomos de los muy diversos materiales que componen los cuerpos y hacen posible la vida. Pero lo más sorprendente de nuestro organismo es nuestro cerebro, de él salen todas las órdenes con gran precisión para que nuestros cinco sentidos funcionen al unísono. Pongo como ejemplo algo que me fascina, cuando alguien toca un instrumento musical, bien sea un piano o una guitarra, al tiempo que entona una canción, nuestro cerebro es capaz de coordinar los movimientos de nuestras manos, al unísono de hacer vibrar las cuerdas vocales con la misma nota musical y el mismo tono.
Si observamos el reino vegetal, veremos que nos llena de magia y belleza la infinidad de plantas que lo componen, y cada una de ellas con sus características y propiedades. De ese gran abanico de flores me pregunto: ¿Qué fenómeno se produce para que sean de distintos colores, incluso en una misma flor, siendo que la tierra contiene los mismos minerales y microorganismos para todas ellas? ¿De dónde salen esas pinturas y qué pincel hace tal prodigio? También cuando contemplo esos descomunales árboles, algunos de ellos con alturas que llegan a superar los cien metros, me pregunto: ¿Dónde tienen instalada esa potente bomba que eleva sus savias hasta sus más remotas hojas?
Estas son las preguntas que me hago, esta es mi forma de entender la vida, y como dice Richard Dawkins en su fantástico libro La magia de la realidad, “espero que coincidas conmigo en que la verdad tiene magia por sí misma. La verdad es más mágica que cualquier mito, misterio inventado o milagro. La ciencia tiene su propia magia. La magia de la realidad”.

4 comentarios:

  1. Magníficas reflexiones las de nuestro paisano Jesús Tena a propósito de la grandeza, la complejidad y la belleza de la naturaleza creada y del organismo humano, de la explosión de vida que vislumbramos a nuestro alrededor. Eso es hacer filosofía de la realidad; tener esa capacidad de admiración e y cuestionamiento por todo lo creado. Ha sido para mí una delicia el leer y releer esta rica aportación de Jesús. Gracias, amigo; no dejes de regalarnos de cuando en cuando con alguna otra de tus reflexiones. RAMON

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  2. Jesús, Me ha gustado mucho tus reflexiones sobre la realidad de la vida.La ciencia tiene magia,pero esa magia no viene por casualidad sino que ha sido creada por un ser sobrenatural que es Dios.

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  3. Señor Jesús Tena tenia que haber sido escritor.Me ha encantado leer estas reflexiones y muy cierto que ninguna palabra tiene el valor de la vida, la vida lo es todo.
    Felicidades !!

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  4. Excelente reflexion Jesus

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