Recuerdos de mi infancia

ACTOS RELIGIOSOS

También en el mes de mayo sacaban una virgen pequeña en la escuela y le llevábamos flores de casa. Yo les llevaba una especie de lirios naranjas que tenían en nuestro huerto, que se abrían por el día y se cerraban por la noche, y todos los días al acabar la tarde le cantábamos a la Virgen:

Venid y vamos todos 

con flores a María, 

con flores a María, 

que madre nuestra es.

Los domingos íbamos a misa. Había que sentarnos todos en los primeros bancos, con el maestro detrás. Un día, no recuerdo con quien, no fuimos a misa y nos escondimos por las eras de Santa Bárbara. Al día siguiente el maestro se dio cuenta y hubo que pasar por barquetas (palmetazo), después se lo dijeron a mis padres y también hubo gritos, con lo que la solución fue que había que ir a misa todos los domingos.

Después de misa había que quedarse al catecismo. El cura que nos tocó en  este tiempo fue don Ángel Soler. Nos ponía un palo con una cruz y allí colgaba una estampa con diversas escenificaciones de los evangelios, y después nos iba preguntando. Con un puntero   que llevaba lo iba marcando en la estampa. Al acabar te daba una asistencia, que se trataba de una de esas pequeñas divisiones de que se trataba esa estampa. Una vez al año traía cosas como pelotas, gaitas, chuflainas   y no recuerdo qué más, y las cambiamos por las asistencias que teníamos.

Toño