sábado, 10 de septiembre de 2022

Recuerdos de mi infancia


LOS PARVULITOS


De la guardería pasamos a Los Parvulitos que estaban encima del ayuntamiento, y que tenían su entrada por una puerta que había en La Costerica, hoy en día con las remodelaciones que se han llevado a cabo en el ayuntamiento esta puerta ha desaparecido.


Allí solo tuve una maestra, creo que vendríamos a estar un par de años, se llamaba Señorita Angelita, con mucho temperamento y algún que otro grito y castigos nos llevábamos.



A la clase se subía por una ancha escalera hasta el piso de arriba de ayuntamiento, a la derecha estaba un cuarto para tener la leña, para poder calentarnos, pero que también aprovechábamos los   días que llovía como recreo, los días que no llovía bajábamos a la plaza. ¡Qué bullerío había en toda la plaza! Los chicos jugando a marro, las chicas saltando a la cuerda…, en fin que a esta hora la plaza parecía un hervidero. ¡Qué diferencia de cuando la vemos ahora! Eso sí, cuando la señorita Angelita llamaba todos corriendo para arriba. Subíamos las escaleras y nos encontrábamos en la puerta de entrada con un escalón de madera que cada vez que  pisaba uno el escalón hacía un ¡Clon!, y al estar escribiendo esto  lo recuerdo con toda claridad, así que cuando entrábamos o salimos aquello se convertía en una sinfonía de ¡ Clon, Clon,…!, pero la salida nos anunciaba que íbamos a dar rienda suelta por el pueblo y sus huertas.


El aula era una habitación alargada (lo que ahora es más o menos el salón de actos del ayuntamiento) y había dos filas de     mesas cuadradas para cuatro y una mesa de madera más grande para la maestra con dos grandes ventanales y unas rejas para que no nos pudiéramos caer cuando se abrían.




Una de las veces, no recuerdo por qué, me dejó castigado a mi solo durante las dos horas de la comida hasta que vinieran todos los demás chicos a las tres. Se lo dirían en mi casa por qué yo no iba a comer. La habitación de los Parvulitos daba a un granero que tenía la Paca La Portera, que cuidaba de limpiar el ayuntamiento y vivía allí encima. Había unas ventanas con unas rejas  que daban al granero y como yo iba mucho por casa de Paca por vivir en mi calle, mis padres le dieron un plátano y trozo de pan y yo pude comer aquel día. Nunca se enteró Señorita Angelita de aquello.


Nuestros primeros contactos con las escuelas de arriba los teníamos con las notas que se mandaba nuestra maestra con el maestro de las escuelas, Don Jesús, pues se hicieron novios y como entonces no había móviles, los móviles éramos los chicos llevando estas notas. Eso sí, teníamos que ir rápido, si no te decían que habías tardado mucho.


Salíamos a hacer excursiones juntos con los mayores al río o cualquier alrededor del pueblo pero sobre todo al río.


Después de que marcharan del pueblo se casaron, y desgraciadamente pocos años después Doña Angelita fallecido en un accidente de coche donde salieron ilesos su marido Don Jesús y su hijo.



2 comentarios:

  1. Suscribo íntegramente todo tu relato sobre "los parvulitos", aunque yo estuve algunos años antes, pero entonces el tiempo no corría tanto como ahora. Mi maestra de aquel momento fue la Señorita Nieves, una mujer rubia, espabilada y con muy a mala uva, o sea con mucho genio. También es cierto que para controlar y enseñar a aquella "tropa de pequeños potricos"...RAMON

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  2. Yo estuve con un pedazo de señorita que no me acuerdo el nombre.

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