Chupinazo solidario

El chupinazo solidario resulto ser un gran éxito, unas cuatrocientas personas , contando que casi todos eran jóvenes , también unos pocos mayores, por miedo a que el agua acabase por encima de ellos.

A las doce de la mañana fuimos acercardonos a la plaza para comprar nuestras camisetas blancas, con el logo de Ela , los que no fueron madrugadores se quedaron sin camisetas, porque las cien camisetas que había desaparecieron muy pronto, al principio todos los que estábamos allí era como si fuesen de la misma peña con su uniformada camiseta.

Una pancarta colgaba del ayuntamiento, dandonos cuenta en todo momento en que acto íbamos a participar.

Poco apoco iba acudiendo mas y mas gente, hasta que la plaza se puso como hace años no se ponía, y se leyeron manifiestos por parte de las hermanas de Emilio , dando las gracias por la asistencia masiva.

Todos querían llenar su cubo de agua , para eso se abrió una boca de riego con una manguera y se fueron llenando los cubos de agua y hechando los cubitos de hielo al agua como en su día vimos todos por televisión para dar conocer esta enfermedad.

Todo estaba preparado para hechar el agua por encima y solidarizarse con esta enfermedad, faltaba que el cohete disparado desde el balcón del ayuntamiento hiciera su explosión, y todos a una el agua fría recorrió el cuerpo de los muchos asistentes que allí había, muchos pensando en esta terrible enfermedad.

Por un momento parecía como si acabara de pasar una tormenta y el agua bajaba abundante por la calle de la Virgen de Arcos.

La Charanga, personas , los cabezudos y hasta algún perro quisieron solidarizarse con esta enfermedad.

Estuve un momento hablando con Emilio, y me contó que estaba satisfechismo y contento de como había respondido su pueblo a una llamada de este tipo.

Espero que nuestra ayuda sirva un poco para ayudar a investigar esta terrible enfermedad que en un futuro pueda salvar vidas, entre las que se encuentra la de nuestro vecino Emilio

Emilio sabes que tu pueblo siempre estará contigo. 

                                                     

Perdonar por lo extenso del reportaje, pero creo que la ocasión merecía la pena                        Toño