Que atrás quedan aquellos tiempos, lo primero que se hacia cuando hacían un colchón nuevo era ir a lavar la lana al río, especialmente a la acequia de las Vegatillas, que por aquel entonces quedaba en alto y sin tener que agacharse las mujeres hacían esta faena para que la lana quedara bien escoscada.
Para los chicos era un día de fiesta, estar alrededor de madres y tías gozado del río y de la acequia, siempre bajo la atenta mirada de las madres, después de lavada la lana había que ir a tenderla sobre las piedras de piñón que hay cercanas a la acequia y que es donde están los pinos, en esta foto podemos ver a las dos hermanas Isabel y Pilar , en un pino de no mas de tres años y las piedras de piñón donde se tendía la lana.
No solo se lavaba cuando era nueva la lana, si no que de vez en cuando también se lavaba la del interior del colchón, con el mismo proceso que he dicho anteriormente, una vez seca la lana se recogía en canastas y se subía para casa, donde era metida en la interior de la tela de colchón y luego se cosía .
Todos los años se sacaba lana del interior del colchón, cuando no se lavaba se vareaba, cosa que dio lugar a una profesión , la de vareador, y en el pueblo había varios especialistas, que se dedicaban con una vara y encima de un cañizo, a pegarle con una vara a la lana hasta quedarse hueca, por las rendijas del cañizo caía la tierra y polvo al suelo que se acumulaba a lo largo del año, sobre todo si en la cama dormía algún agricultor.
Me gustaría volver a repetir la esperiencia de dormir en uno de estos colchones, en el primer día después de haberse vareado la lana , ¡que gustazo echarte a la cama y hundirte hasta casi no verte! al día siguiente ya no estaba tan bien , y poco a poco se iba apelmazando hasta quedar casi plano, había que esperar al año siguiente para que volviera a estar hueco.
Ya no dormimos en esos colchones, ahora dormimos en colchones duros , y contra mas duros decimos que son mejor , pero a mi todavía me queda el recuerdo de aquellos colchones huecos, y lo calentico que se dormía sobre todo si era invierno. Toño
Que relató más bien explicado,y cuantos recuerdos nos vienen a la cabeza.Que gusto cuando te acordabas y se hundía,tan blandicos ,y como tu bien dices,que calentitos para el invierno.La única pega ,al hacer la cama,gira el colchón ,enhuequecerlo,que quedará por todos lados igual,más costoso que los de ahora,que se hace muy rápido.
ResponderEliminarEn fin Toño,gracias por estos recuerdos de niñez.
Todavía recuerdo a mi tío Dionosio varear la lana en la calle encima de un cañizo con gran destreza. Y a la Antonia la pelada, venir a casa a coserlo. Tarea que mi madre aprendió a hacer con el tiempo. Todo un arte entender la lana encima de la tela del colchon, pasar las cintas con la aguja larga y de punta chata para luego coser los lados del colchon.
ResponderEliminarUn pequeño homenaje a este oficio y a las personas que trabajan en el.